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lunes, 3 de mayo de 2010

CARTA AL SEÑOR RODRÍGUEZ ZAPATERO

Me resulta imposible creer que no sea consciente del daño tan tremendo que está usted causando a este País que amo, España. No es posible que piense que a cualquiera que, jugando con los apoyos políticos necesarios, se le antoje gobernar una sociedad. Y usted ni sabe ni puede. A más a más, si se rodea de un equipo humano inadecuado a las necesidades de la Nación, como estrategia de poder, adecuarse a la mediocridad de su medida, peor aún, por debajo de ese analfabetismo administrativo, en lo que a conocimientos de la gestión y administración de la cosa pública. El poder por el poder al precio que sea. A excepción de nuestra triste y horrorosa guerra civil, nunca España ha estado tan dividida y fragmentada como lo está ahora.

La vida es unidad, congregar; la muerte, desunir, disgregar, como el polvo en que nos convertiremos, por muertos, y esos son los derroteros por los que camina nuestra España actual ¿ Será que quiera matar a esta España para construirse una nueva ? ¿ A estas alturas de la historia pretende usted dar marcha atrás para retrotraerse a los tiempos de la revolución francesa y llevar a la guillotina a curas, monjas, Papas, financieros, toreros, a los del Madrid, a los que saben, a sabios y enterados, a los que no piensan como usted y sobresalen por encima de su mediocridad ? Mire, una político como usted, si pierde las elecciones, no puede ni debe volverse tan ricamente a su Valladolid natal con unos emolumentos de jubilación de aquí te espero, cuando ha dejado usted en las cunetas de su inoperancia a más de cinco millones de parados que no saben que hacer para tan siquiera seguir comiendo. Un gobernante así se merece un juicio sumarísimo por imprudencia gravemente lesiva para el bien común de todos los españoles. No, no puede marcharse de rositas.


Antes devuelva usted lo que se ha llevado, por contumacia en seguir en el poder, en destrozos de la paz ciudadana, en la economía del país, en los derroches del gasto público, en la deuda exterior tan apabullante que van a tener que pagarla hasta la segunda o tercera generación de españoles, el estudio en los colegios, la unidad de las familias, la moral y urbanidad de las costumbres, el genocidio de millones de inocentes no nacidos que su gobierno se ha llevado por delante... y así hasta dónde pueda llegar el tsunami de su mediocridad ¿ Cómo que se va usted a retirar, sin más, a su Valladolid natal ? Y esta catástrofe ¿ Quién la arregla ? O sea, encima, el que venga por detrás que arree... Márchese.... Pero márchese ya, lo antes posible. Así, algo, con suerte, se podrá arreglar.

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