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domingo, 29 de agosto de 2010

El integrismo y fanatismo es una perversión, corrupción, vicio, depravación e inmoralidad de la religión y la religiosidad caracterizado por la imposición de las creencias a través de medios de coacción, amenaza, intimidación, conminación, chantaje, coerción y apremios políticos. El problema del fanático, intolerante y estremista religioso no es que busque el bien ético y moral, sino que pretende implantar el que cree su propio bien o beneficio a toda la sociedad.
Con el objetivo de erradicar la " diferencia ", la " disparidad ", la " disimilitud " y " desemejanza " ( ese " PECADO " que, para LOS PROGRESISTAS, se ha convertido en su particular abominación de la desolación y el apocalípsis ), la " nueva directiva de la igualdad de trato " pretende introducirnos en el reino de la no discriminación, exclusión y segregación. Dejo de un lado la escala de valores que dicha ley pretende implantarse en los veintisiete países de la Unión Europea para centrar la atención en la nueva versión secular de la vieja " forma mentis " integrista.
Dígolo primero de un modo conciso y preciso: el error de dicha " forma mentis " es doble; no sólo por imponer su " bien moral " desde el poder político, sino también que se pueda eliminar " el mal moral " empleándose medios políticos-jurídicos.
Pero, ¿ acaso no se ha de atacar, siempre, el mal ? Convengo primero que del " mal " puede discutirse todo menos su existencia. Cada religión, cada cultura, cada ideología, cada doctrina e ideario, tiene su particular concepto del mal, pero en todos los casos hay una coincidencia a la hora de señalar que en el ser humano hay algo roto, podrido, descompuesto, purulento, corrompido, putrefacto, ulcerado, rancio e infecto que lo merma, que lo menoscaba y lo hiere de muerte convirtiéndolo en zombi, que, además, actúa contra el otro, con total falta de respeto gratuitamente, por puro placer o venganza de hacer daño de manera egoísta. Una vez el mal y la maldad han sido detectados, vienen los intentos fatuos, necios y vanos de echarlos fuera de las vidas.....
La respuesta progresista al problema del mal ético y moral, de la falta de respeto, de comprometerse con alguien a conveniencia y luego dejarlo " tirado " por intereses espurios, bastardos y falsos; es mucho más burda: consiste en acabar con la libertad. Es la aplicación del refrán: " muerto el perro, se acabó la rabia "..... ( mi caso ).
Pero basta observar, ahora, en tu rededor más próximo y cercano, o el Siglo XX., para comprobar que, cada vez que las personas, mujeres y hombres, las sociedades y las naciones sucumben a las tentaciones liberticidas, de libertinajes, de lascivias y lujurias, del chalaneo y unto, del gastar en grandes superficies y " boutiques ", en viajes ociosos y de " dolce farniente " en épocas de generalizada " canina "; los resultados a corto plazo no pueden ser más desalentadores, LA TIRANÍA, LA POBREZA Y LA SISTEMÁTICA ERRADICACIÓN DEL ENEMIGO ( en este caso el que suscribe ), HACEN ACTO DE PRESENCIA.
La función de Ley Humana no es rehabilitar moralmente al individu@ sino buscar el bien común; esa paz social que se deriva del orden establecido en las relaciones entre los ciudadan@s, basadas en el respeto y en la absoluta falta de mentiras e hipocresías. Por lo tanto, El Derecho sólo ha de custodiar las libertades básicas para que se ejerciten en la comisión de actos externos, sociales, pues éstos son los únicos accesibles al juicio de otras personas....
Sin duda, La Ley Humana tiene en último FUNDAMENTO, LA LEY NATURAL, pero su función no es elevar la perfección moral del ser humano. SU FIN ES EL ORDEN SOCIAL, COMUNITARIO, COLECTIVO Y GENERAL, NO " LA EXCELENCIA INDIVIDUAL "....
Cualquier entendido conoce la diferencia entre INMORALIDAD E ILEGALIDAD; hay acciones que, pese a ser inmorales, obscenas, licenciosas, indecorosas, impúdicas y lujuriosas, al acontecer en el ámbito privado de las vidas de los sujetos y de las " sujetas ", no afectan de modo directo al bien común, que es el propósito de la vida en sociedad y el objeto exclusivo al que han de ceñirse las diversas leyes civiles, en sus vertientes de DERECHOS Y OBLIGACIONES.
Pero cuando el PODER pretende convertirse en la única fuente de " moralidad ", para, acto seguido, emplear medios coercitivos, restrictivos y represivos policiales, políticos, administrativos y jurídicos a la hora de reordenar la vida de los ciudadan@s conforme a sus designios fraudulentos y adulterados, entonces no os hace falta ser adivinas o adivinos para saber lo que sucederá después, pues La HISTORIA RECIENTE YA NOS DA SUFICIENTES PISTAS DE CUÁLES ACABAN SIENDO LOS RESULTADOS: EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN, EL GULAG Y.... LA GUERRA.
-JACH-

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