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martes, 12 de enero de 2010

Si algo hay claro es que el mundo es un lugar mucho menos seguro y más inhóspito que hace una década. Los rascacielos se derrumban, los trenes estallan, los aviones se caen, te pueden robar en un tris. La raza humana estrenó milenio creyéndose que iba a ser la panacea, de manera ingenua obviamente, ya que el regalo de esas Navidades ya estaba roto...
Al empezar el siglo, la gente tenía miedo a volar en avión, ahora tiene pavor al aeropuerto. Los escáneres te dejan en pelotas y son un preludio de un protocolo de control que vulnerará la intimidad que es como decir que tu " hogar " será violado y que incluirá radiografías instantáneas y exámenes de próstata.... mal dado viene dado las pudorosas y recatadas...
Todo para que luego la bomba viaje tranquilamente en una maleta, como lo han demostrado los eslovacos que prepararon un ensayo, metiendo noventa gramos de explosivo en una maleta para descojonarse de risa de la policía irlandesa. Gente simpática estos eslavos...
Ya no basta con que una cajetilla de tabaco lleve mensajes de peligro y calaveras grabadas, para espantar e intimidar; están al caer unos paquetes de cigarrillos con fotografías de pulmones quemados, enfermos agonizantes conectadosa tubos, autopsias alquitranadas. En el Estado de Maine ( EE. UU. ) han aporbado una normativa por la cual los teléfonos móviles deberán ir provistos de un aviso que informe al usuario de que el manejo del aparato puede causarle un tumor cerebral o volverle majara....
Ya puestos en las botellas de alcohol deberían colocar la estampa de un hígado cirrótico y vender los coches decorados o tuneados con imágenes de parapléjicos babeando y vistosos entierros de familias al completo; también, en la ristra de embutido una etiqueta que indique el riesgo cardiovascular; y en las rodajas de merluza una foto del anisakis. Sería lógico, en un mundo que vive en la utopía y la ilusión de la seguridad total ( cuando se van a morir de todas formas ), señalizar los resbalones que acechan en cada esquina, prestos a convertirse en flamantes usuarios de una silla de ruedas. Y a los delincuentes o exconvictos lese deberían de obligar a llevar un letrero con su condición: violador, timador, estafador, ladrón, corrupto, etc. En otros casos y en los centros de trabajo a algunos y algunas una identificación con la razón: lameculos y pelota.
Otros también deberían de ir provistos de un cartel en la pechera que exponga, en todos los idiomas disponibles: " ESTE HOMBRE PUEDE QUITARTE TODO TU DINERO. VÓTELE BAJO SU PROPIO RIESGO. "
Que nadie se llame a engaño y luego diga que no les avisé...........
- J -  

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