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viernes, 12 de febrero de 2010

Quién lo iba a decir sólo hace unos años. Resulta que se ha pasado del España se rompe, al España se hunde. Con dos grandes diferencias entre una y otra. Sólo algunos creíamos la primera, muchos creémos la segunda. Sólo algunos temían la primera, todos tememos la segunda...
Derecha e izquierda, elites de todos los ámbitos y ciudadanos, votantes de uno y otro lado...
Que España se rompa no está descartado. No hay más que contemplar los esfuerzos de algunos para lograrlo. Pero hay que reconocer que tal preocupación inquieta lo justo. Incluso los hay que mantienen un secreto y perverso deseo de los que quieran que se vayan de una puta vez.  Y la mayoría conserva la confianza en unas instituciones del Estado que, en último extremo, serían capaces de reaccionar e impedirlo.
Que es exactamente la confianza que se ha perdido en la solución de la crisis económica, política y social actual. Con una fuerte percepción, por primera vez desde el inicio  de la Trancisción, de que la a Nación se dirige inexorablemente hacia la decadencia y la pérdida del progreso y de los valores, logrados hace treinta y cinco años.
Y con una extensión de esa percepción, también por primera vez desde 2004 por los votantes socialistas. " A ver quién es más de derechas, ahora, tú o yo " me decía un admirador de Zp hace unos días. Una ironía repentinamente obsoleta en un ambiente social en el que los " fascistas " y " los antipatriotas de izquierdas ", empiezan a ser tantos como los de derechas.
Y la guinda de la crisis económica que, al igual que en la territorial, la culminación de la catástrofe, depende en buena manera de los partidos nacionalistas, minoritarios con respecto al resto del orbe nacional. De su sostenimiento por el Gobierno, en base a espurios tratos, en todos los casos...
Problemáticas a la que siempre hayan la manera de soslayar y de que no se haga mucho inciso en ellas, sacando a relucir otras en un inmensa mayoría, falacias como ayer, la gripe A o en el día hoy, el dilema de Grecia...
Y, obviamente, no sólo les encantaría que España se rompiera, sino que les importa un carajo que se hunda...  

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