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martes, 12 de junio de 2012

MIS CRÓNICAS DESDE LA PLAZA VASCONIA

HAN VUELTO LAS BANDERAS a los balcones, como las oscuras golondrinas del amado poeta. Han vuelto las banderas amparadas de nuevo en el alibí que proporciona el fútbol. Los españoles siguen sintiendo un absurdo pudo, una tonta vergüenza a mostrar sus símbolos nacionales creyendo aún, después de tanto tiempo, que los que los exhibimos durante todo el año somos fascitas o franquistas.
El simbolismo es una de las características del ser humano, un animal que prefiere sugerir a nombrar, acumular un concepto, un territorio, una población, un objeto, una grafía, una foto, unos colores. De pronto y por unos días, los que dura el recorrido de la selección por la competición, habrá un sentido nacional que nos cohesionará. Después, como siempre, volveremos a las andadas, seguro...
En España siempre estamos dándole vueltas a nuestros símbolos, discutiendo y peleándonos por sí debemos usarlos, sobre sí nos representan o no. La mayoría de los españolitos se siguen preguntando que es España. Difícil cuestión. Me decía alguien a quien tenía por sabio que la unidad de España era más fácil entenderla desde fuera que desde dentro, que era más sencilla comprenderla desde Australia o la Patagonia, que desde el interior, de este país hecho de retales de viejos reinos entre los que nunca reinó la amistad. ¿ Es posible la unidad sin amistad ? Esa, puede ser, la raíz del problema...
Los paises acaban siendo, decía Josep Plá, un acumulación de ejércitos y funcionarios, y por eso el gran escritor catalán prefería las ciudades: " ciudades fueron Roma, Atenas, Florencia... ".
Conocía bien el alma hispana, y sabía que los españoles son primero de su pueblo y luego... ya se verá.
La Patria en el fondo es un sentimiento más que una realidad inamovible, por mucho que se empeñen en delimitar fronteras, y contra los sentimientos es imposible luchar porque ninguna razón vale. Podrás cambiar, durante toda tu vida de coche, casa, trabajo, pareja, etc., pero nunca del sentimiento de nacionalidad o el de tu equipo de fútbol ( yo soy del Málaga desde los doce años y español desde que nací y encima me parieron fuera del territorio nacional, y he cambiado de coche, pareja y casa, ni se sabe ). ¿ Cómo evitar que un catalán se sienta sólo catalán y u vasco sólo vasco ? Imposible... Incluso cuando intento explicar que la mayoría de las afirmaciones nacionalistas se hacen por negación del otro, de ese vecino que tanto incomoda y del que queremos separarnos lo más posible sin saber que es imposible. Es sencillísimo confundir al amor a La Patria con el odio al de al lado, sobre todo en España...
Pero, bueno, de momento y por unos días, la misma bandera ondea en los balcones españoles, aunque en su mayoría sólo sea una expresión más de hipocresía... bueno la hipocresía es lo que abunda hoy en día.... así que disfrutaré de ella...
-José A. Chaves-

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