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viernes, 22 de junio de 2012

LA PREGUNTA

¿ Y cómo no va haber deconfianza hacia España en los mercados financieros si nosotros mismos recelamos de cuanto vemos a nuestro alrededor ? ¿ Cómo va a fiarse nadie de España si lo que se está descubriendo es que lo normal de la gestión aquí había consistido y consiste en falsear balances, amañar cuentas de resultados, camuflar pérdidas, gastarse a pesar de la situación ( como ahora la Diputación de Sevilla ) 1.200.000 euros en 36 coches oficiales y amén de untos y otras corruptelas, disfrazar de progreso aquello que no era más que un desfalco ?
El ficticio crecimiento de los últimos veinte años se ha esfumado, ha desaparecido, los dineros están a buen recaudo en paraísos fiscales a nombre de estafadores, especuladores y timadores varios, y ahora dicen los expertos, que sí somos austeros y honrados ( je, je, je, je, je ), habrá que aguantar hasta el 2020 cuánto menos, para atisbar otra etapa de crecimiento en lo que vaya a quedar de lo que hoy conocemos, aún, como España.
¿ Desconfianza social ? En treinta y cuatro años de democracia, sólo existe un precedente de desconfianza y decepción social no tan grave como el que se está padeciendo en estos días. Fue cuando el gobierno de D. Felipe González se desmoronó con escándalos diarios de corrupción. Aquella marea ilusionante que desbordó las urnas con la promesa más sencilla de cambio ( " el cambio consiste en hacer que España funcione " ) acabó ahogada en la ciénaga pestilente y putrefacta de la corrupción generalizada. Todos los días surgía un nuevo escándalo, todos los días se extendía la mancha de la mierda y alcanzaba todo aquello que se creía impoluto, fortines inexpugnables. El Banco de España, la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía, el Boletín Oficial del Estado, etc... La trama de las financiaciones ilegales, Filesa, organizada desde las entrañas del PSOE para normalizar y regularizar las comisiones ilegales que se iban cobrando por todo el territorio nacional, parecía ya un asunto menor, desbordado a diario por la descomposición acelerada de lo que llevaba muchos años podrido ante la inopia de la sociedad. Como quien se sorprende al descubrir un día que el suelo que pisa está comido por las termitas.
Pero, nada había cambiado. Esa misma sensación, el descubrimiento de nuevo y rpentino de que todo ha estado siempre viciado, adulterado, sobado, manoseado, comprado, untado, es el que se produce ahora con los sobresaltos continuos, no ya sólo en el ámbito del sistema financiero español, sino en otros que iran sugiendo poco... todo saldrá al final. El crecimiento de la economía española se asentó siempre sobre los cimientos falsos de la ingeniería financiera y el descontrol permisivo de quienes tenían y tienen la obligación de inspeccionar y de alertar ( ya ni se menciona las " brigadas de Asuntos Internos " ), por eso todo se ha desmoronado tan pronto y por eso se hace ahora tan complejo planificar alguna salida a la crisis y recuperar algún crédito ante los ojos del exterior. La quiebra de los bancos y cajas de ahorros no es sólo importante por los más de 68.000 millones que van a precisar, sino por el vértigo que produce pensar en el sistema político que permite que se genere y oculte durante años y años, agujeros y corrupciones de tamaña naturaleza. Dicho de otra manera ¿ cuántas " bankias " hay en España ? En las entidades financieras, en los ayuntamientos, en las diputaciones, en las CC. AA., en las Instituciones, en los cientos de empresas públicas... Y más allá, ¿ cuántas " negligencias " como las que se achacan al Banco de España, se hacen extensivas a los demás órganos de control, tanto gubernamentales, como individuales ?
La pregunta, la única pregunta ahora, es cómo se ha podido llegar a esta situación, a este ignominioso deterioro moral y ético. Yo lo se, pero el sacarlo a la luz conllevaría mi inmediato ingreso al camposanto, porque han habido y hay muchísima gente que se ha beneficiado del " tema " y otras muchas más que han consentido. De todas maneras el economista D. Santiago Niño sostiene, que en realidad, no es una pregunta más, que es la pregunta del " billón "... Y añade, pensando en Bankia: " Hemos llegado a esta situación de una forma consciente... ". Nadie engaña a nadie porque, en realidad, todos engañaban y engañan. La pregunta del billón se llama así porque la respuesta implica a todo el Sistema y a todo el mundo.... Lo difícil será que todo sujeto e individua, pase por los cinco años que yo pasé... por eso se lo que digo y más de lo que debería de saber, corraborado con evidencias en soportes físicos.
-Lord Lancaster-

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