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miércoles, 25 de noviembre de 2009

A los sectores moralizantes de la sociedad se les podrá criticar por tópicos, pero hay que reconocerles una virtud, el ahínco con el que abordan un tema que estiman escandaloso... Basta con que alguno de sus " chivatos " descubra el menor acto que consideren indecente ( en casi todos los casos de carácter sexual o político ) para que, consiguientemente, cientos de " censores " espúreos salgan en tromba contra los infortunados " pecadores ", que acabaran molidos a vergajazos y expuestos en el ágora.
Pero la cosa no acabará ahí. Los catones examinarán a continuación concienzudamente, con una " delectación " enfermiza ( yo diría de manera lasciva ), cada una de las imágenes al detalle, incluidos aquellos moralistas que van todos los domingos a misa a darse golpes en el pecho, " por mi culpa.... "; observarán hasta aquellas evidencias más sonrojantes, que luego tergiversarán, manipularan y aumentarán, para quedar en buen lugar ante la opinión pública.
Pero la labor no habrá terminado aún, queda lo más importante, que el asunto descubierto se convierta en ejemplar, es decir, en el reproche público contra un grupo o lo que sea, y con su correspondiente advertencia...
Y sólo cuando hayan demostrado, a su juicio omnipotente, que todos los que piensan de manera políticamente y socialmente incorrecta, son unos depravados, pornógrafos, degenerados, " fachas " y unos turbadores " masturbadores " de la inocencia darán por terminada sus caza " inquisitorial " de brujas.
Lo curioso es que luego... esos mismos son los clientes más asiduos a prostíbulos, casas de lenocinio y consumidores, asiduos, parroquianos, usuarios y compradores de todas las diferentes modalidades de servicios sexuales y otros, que jamás hayáis podido aventurar.
- J - 

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