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martes, 8 de febrero de 2011

Dados los altibajos locos de La Bolsa, la inestabilidad política, etc., puedo afirmar que los mercados, la sociedad civil y el individuo en particular se comportan como los avatares de la meteorología. En cuanto a este país, mantiene frente a la economía y a las relaciones personales la misma actitud pasiva que frente al clima anticiclónico que pasamos. Nadie se cabrea por nada ( a no ser que no le des o le debas dinero ), ni se irrita por los caprichos gubernamentales. Uno puede pelearse con los fenómenos atmosféricos, desde luego, pero sabiendo que son insensibles a mi estado de ánimo. Se trata, en fin, de una pelea, que me conduce a la derrota y a la melancolía. Si ustedes escuchan a los analistas políticos, económicos y a los hombres y mujeres del tiempo, comprobarán que tanto los unos como los otros se han resignado a que las cosas son como son y que más vale aceptarlas, todo ello sin haberse preguntado siquiera qué es más noble para el espíritu, ¿ sufrir los golpes e ignominias de la airada fortuna o tomar las armas contra un mar de angustias y darles fin a todas combatiéndolas ?
No están los tiempos para zozobras hamletianas. Ni siquiera para " lo tomas o lo dejas ", ya que dejarlo implica quedarse fuera de la realidad, quizás fuera de la Vida. Rindámonos al mercado, a la política, a las desaprensivas demoniacas como estamos rendidos al anticiclón, sobre el cual, por cierto, nadie ha escrito un reportaje. Tampoco existen reportajes periodísticos sobre Dios, ni sobre el porqué de la existencia humana  ( si sobre el nombramiento por Tomás Gómez, del transexual Carla Antonelli para las elecciones a la Asamblea de Madrid ). Periodismo y metafísica se llevan mal ( sobre todo con este gobierno ). Lo digo por experiencia: el año pasado redacté un artículo sobre lo trascendental y me mandaron a la mierda...
Hasta yo, ateo o agnóstico recalcitrante comprendo que un dios cabreado ( existente o no ) te puede amargar la Vida. Fidel Castro, que no creía en el mercado, va a privatizar el 20% de los funcionarios de la Isla ( dejaré para otro día el caso de los chinos ).
Total que visto lo que veo y miro, uno casi prefiriría que fuera la mujer o el hombre del tiempo el que informara sobre la marcha de la economía, la política, la sociedad civil y los sucesos.
En su defecto se podría contratar también a un teólogo.
-Corso-

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