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jueves, 22 de julio de 2010

Siento una admiración sincera por el Sr. Durán i Lleida. Es un político que se dedica con entusiasmo a su labor, renuncia a un títular y lo cambia por una componenda, y es de los pocos de la clase que no bran bajo la consigna: " si tenéis la solución, no os preocupéis que yo ya haré surgir el problema ".
Por decirlo de pronto y rápido, es la antinomía del Sr. Montilla, en cuanto a experiencia, sapiencia, inteligencia, maneras y formas de trabajar.
Pues bien, el otro día escuchando al Sr. Durán i Lleida sufrí uno de esos tedios tremendos, una de esas desazones que parten de alguna nuerona y te llevan a la desesperante conclusión de que no te puedes pasar parte de tu propia existencia escuchando los pesados y latosos razonamientos nacionalistas. Como dijo alguien que no recuerdo: " la vida es muy corta para intentar entender gilipolleces.... "
Estoy convencido de que si el tiempo dedicado al dichoso Estatuto, a la Sentencia, a la interpretación de la Sentencia, a la glosa de la Sentencia, y a la interpretación de la glosa de la Senetencia, etcétera, lo hubieran dedicado a ahondar en la regeneración de la médula espinal del problema, es posible que dentro de poco no hayan tantos tetrapléjicos....
Desde Aristóteles a Sartre, desde el Renacimiento a la Revolución Francesa, el mundo Occidental intentó avanzar en la profundización del individuo como ente irrepetible y digno de respeto. Pero el día que ganó España la final del Mundial de fútbol me asomé a la terraza y vi a centenares de individu@s con vuvuzelas y las caras pintadas....
A la gente le da miedo responsabilizarse de su proyecto de Vida y confían el destino a un equipo de fútbol ( ahora viene el de baloncesto ) o a un " club " de exquisitos separatistas.
El Sr. Durán i Lleida no lleva la cara pintada con la senyera, porque es un esteta, pero sentí la desazón de que un@s y otr@s eran inquietantemente parecidos....  

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