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miércoles, 30 de diciembre de 2009

El año cierra con la pesada losa de la " Crisis " económica y el paro y se nota en todo y en todas partes. En las grandes superficies, en los bares, en los restaurantes.... Bueno.... en la lotería no. Todos los días apuesto un euro en la Bonoloto y llevo un par de ellos encontrándome en las Administraciones colas de gentes para apostar en los diferentes juegos que gestiona el Estado... Tampoco en el tema del " puterío " que ya se sabe que en tiempos de carestías aumenta, aunque hablar de que con que dinero se sufraga es otro cantar...
Tendré que esperar a la Nochevieja para ver si la tendencia constatada desde la Nochebuena se confirma, pero, lastimosamente y a juzgar por los datos de las últimas semanas, el consumo ha descendido de manera muy llamativa.
Una sociedad como ésta volcada hacia formas muy arraigadas de gastar ( regalos, cenas, copas, " polvos", comidas de empresas, escapadas de puentes o minivacaciones de fin de año, ropa, complementos, queridas, amantes ), de repente, ha echado el freno. La recesión, el paro, la desconfianza, y sobre todo, la precariedad en las expectativas de mejora, ha instalado un estado de ánimo pesimista, desmoralización y tristeza. Precavido ante los efectos de una depresión para la que, más allá del registro profético, no hay indicios fiables que permitan elucubrar sobre una fecha futura creíble para la recuperación.
Los " brotes verdes ", aquella poética metáfora gubernamental, quedó atrás, y la rama sigue seca... Seca y quebradiza, porque en un sólo año la deuda exterior se ha quintuplicado, cuarenta mil empresas han tenido que echar el cierre y un millón de trabajadores han perdido el empleo. Y ya son cuatro millones de parados. Y, a la hora de hablar de crédito ( la transfusión vital que necesitan las empresas ) resulta que los bancos ni fían ni se fían y los gestores imbuidos en un laberinto mesiánico y vengativo ni aciertan  con la receta para cesar en el apocalípsis, ni quieren oir asesoramiento u opinión alguna ajena.
No me extraña que se esté perdiendo la alegría.....  

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