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sábado, 5 de diciembre de 2009

IGNORO que número de vídeo-cámaras vigilan constantemente tanto en la vía pública como en los recintos privados. El " Ojo Público " o " El Gran Hermano " entrevisto por la imaginación creativa es ya un simple artilugio de uso común en el que el poder delega ahora y a la hora de controlar al personal, aunque no parece que se haya ganado mucho más en seguridad. El pueblo aplaude y ovaciona que estén ahí y demanda cualquier medida que pueda valer para sentirse seguro ( que no libre ) y así contrarrestar el implacable " canguelo ", que de ota manera es normal e inevitable en el actual modelo metropolitano de grandes urbes, ante los que los controles señalados se muestran inútiles, por la audacia transgresora.
Todo ello viene, a cuentas, de lo que le ocurrió al morador de la Casa Blanca, cuando un matrimonio se coló en un ágape dado por Él. Ya me diréis como se puede confiar en cualquier sistema de seguridad con o sin cámaras, satélites, informática punta, etc., cuando es ineficaz para velar por la idem del máximo mandatario estadounidense. Los mismos que rechazarían a un sabio por no llevar corbata o palomita se dejan engañar por un par de truhanes de buen ver vestidos de gala: he ahí toda la " teoría del Poder " y de la clase política sobre seguridad pública.
Está claro que el secreto de la transgresión está en la audacia " fiat lux ". Los alucineros, por ejemplo, que empotran sus vehículos contra los escaparates o los atracadores de joyerías desprecian olímpicamente la amenaza de las alarmas o de las cámaras de seguridad, lo que sugiere que para mucha gente, tantos medios de vigilancia, telemáticos, informáticos, de audio o vídeo, resulten poco prácticos y casi ineficaces.
Pero sin un " pringao " alcanza la cama de la Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte ( lo que vosotros llamáis " Inglaterra " a secas ), como ocurrió hace un tiempo, donde el ínclito burló todo el sistema de protección del Palacio de Buckimgham, o dos sinvergüenzas dan el " pego " junto el Sr. Obama, sigo pensando que la delincuencia, que ya iba bastante por delante de la policía, ahora ha ampliado esa distancia.
Viendo al Sr. Presidente de los EE. UU., junto a los " invasores ", me acuerdo de los Kennedy, y me voy para la puerta de mi casa y echo doble llave de la cerradura....
- J -  

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