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sábado, 5 de noviembre de 2011

CHIVATOS Y CHIVATAS

Desde Viriato hasta hoy, en España nunca faltaron delatores y chivatos. Es la especialidad de este país. La Inquisición se nutrió durante siglos de gentuza que le daba a " la sin hueso ", chivándose de vecinos, amigos y familiares, Cada represión estatal o local, cada guerra civil sin distinción de bandos ni ideologías, llenó a sus anchas cementerios y fosas comunes con el viejo sistema de apuntar con el dedo antes de hacerlo con la pistola. De sugerir en voz baja. A diferencia de los anglosajones, los nórdicos y los de ahí arriba de toda la vida, que suelen o solían denunciar al prójimo con el pretexto de que la sociedad civil debe defenderse de la chusma y que los buenos ciudadanos colaboran con la autoridad de turno, sea cualquiera, los españolitos pringan en otro sistema. Lo del bien del Estado les suena a guasa marinera, entre otras cosas porque el Estado fue siempre más enemigo que otra cosa. Y lo sigue siendo. Cuando aquí alguien delata no es por civismo, sino por congraciarse con quien manda o para escalar en el ámbito laboral o social. Por miedo, por envidia o por vileza y abyección. Sin olvidar, claro, el ajuste de cuentas. Reventar y hundir al prójimo es el otro gran motivo. La segunda causa por la que un español denuncia al vecino ( a menudo, la principal ) es porque le estorba. Porque tiene una pareja que se parece a Carla Bruni, un coche en condiciones, un marido guapo y simpático, un trabajo estable y lucrativo, un piso bonito. Porque tiene éxito, o porque no lo tiene. Porque no piensa igual que él o porque no es forofo del mismo equipo. Porque prefiere el café solo al cafñe cortado. O el menta poleo. Porque vive y respira. Porque existe...
En tan ejemplar contexto, calculen lo que ha podido dar de sí los casi ocho años seguidos de gobierno socialista. Todo un tiempo de sentir en el cogote el tufo a comisario político y a sicarios del régimen. A siniestros funcionarios que han ido y van por los patios de los colegios celando de que la aplicación del adoctrinamiento " progresista " ha dado y da sus frutos " apetecibles ". Vigilando de que todos digan " miembro " y " miembra " bajo pena de multa o cárcel. Durante este tiempo y aún por los días que quedan, aguantando y aguantar que cualquier analfabeto con cartera ministerial te haya podido y te imponga su última ocurrencia de cualquier índole kafkiana y que la farfolla políticamente correcta, la tontuna que violenta el sentido común e insulta la inteligencia, que ha idiotizado al personal con tanta desigualdad biológica; ha sido y es, sinceramente patético y lamentable...
Así hemos llegado hasta aquí, con la política y administración española en manos del diputado iletrado e imbécil de turno, en sintonía y armonía con la ignorancia insolente y contumaz de sus acólitos. Con ministras y su gallinero de la pepitilla, feminatas desaforadas, etc. Convirtiendo toda la legislación en un verdadero espectáculo del " Bombero Torero ". Para troncharse, oiga, sino fuera tan triste y tan grave.-
Jack Bauer.-       

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