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viernes, 17 de junio de 2011

LA DECONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN ( La Balcanización de España )

Suvertir los valores en que la sociedad española se ha sustentado y ha progresado pasa por aniquilar su esencia misma, aquello que la mantiene unida y la convierte en una Nación. Zapatero y su continuador Rubalcaba, Alfredo, ha contemplado y contemplan como una de sus bases fundamentales para la transformación de la idea misma de España, de su Unidad y de los vínculos que a articulan y estructuran, se circunscribe en alumbrar una suerte de contenedor en el que cabrían diversas naciones plenamente autónomas, con personalidades distintas y extrañas unas de otras, además de hacer dejación de sus funciones amparadas por La Ley para una serie de " terroristas callejeros " de izquierdas y ultra izquierdas, amedrenten la normal y pacífica vivencia cotidiana de la ciudadanía. Un contenedor ( con la señal: " Peligro, elementos radioactivos " ) en el que caben todas las combinciones posibles ( como en una orgía sexual compuesta por heteros, lesbianas, homosexuales, transexuales, etc. ), excepto una, la actual, es decir, la exsitencia de un único País, España. Y en el que paradójicamente no ha lugar a lo español.
Zapatero pasa por atar su destino y el de su " Cardenal Richelieu " a grupúsculos radicales de secesionistas, sicarios y matones de izquierdas y ultra izquierdas en todas las regiones donde un día el PSOE pudo conchavarse con ellos. Y allí donde no los encontró, o donde su influencia era meliflua, creó las condiciones para que florecieran, a los lamentables últimos hechos acaecidos me remito. Sino como se explica como en una día toda esa horda de antisistemas y del 15 de Mayo, se hayan retirado a sus " cuarteles ", o que siempre vayan a la gresca en lugares donde se desarrollan actos institucionales del centroderecha, catalán, valenciano o español. ¿ Por qué no han ido al Ayuntamiento de San Sebastián a liársela a BILDU ? No tienen cojones ni ovarios...
De esa forma, donde antes sólo habían grupos nacionalistas que recurrían de manera retórica y poética a la jerga de la nación propia, proliferan ahora de manera tácita y violenta siglas y anónimos secesionistas, anarquistas, antisistemas, " indignados ", delincuentes, etc., y aún los antaño moderados nacionalismos han caído en la extravagancia de los referendos de autodeterminación .
La Unidad Nacional presenta para Zapatero y sus acólitos un riesgo añadido: España es indisociable de sus raíces católicas ( lo digo yo, agnóstico ). Su historia, es innegable, ha recibido de la religión católica ( para lo bueno y para lo malo ) una huella irrefutable, influencia que se hizo patente con los Concilios de Toledo, la defensa de Europa frente al Islam, la Escuela de Salamanca o la fundación del derecho internacional público. No es posible comprender los últimos setecientos años de convivencia colectiva en España sin tomar en consideración sus cimientos cristianos. Como no se puede entender la cultura, el arte, el humanismo, el mundo del Derecho y el pensamiento o el papel internacional de nuestra Patria sin ese elemento vertebrador y que ha dado sentido a todas las manifestaciones de lo español.
Este periodo, continuación del anterior de la II República, de la matanza de Paracuellos del Jarama, la quema de conventos e iglesias, del asesinato de monjas y curas y de todo aquel o aquella que razonase diferente, alentado por ZP., artificio del interesado, pasa por la ruptura del consenso Constitucional que permitió en su día, la salida pacífica del franquismo hacia la democracia. A Zapatero no le interesa ni el resultado de la Transición que es la actual Democracia española, ni su ordenamiento constitucional, ni el bienestar de los españoles y españolas. Las apelaciones a la legalidad republicana, como prueba, se pueden exhibir con total impunidad banderas republicanas que son anticonstitucionales, pero no la anterior franquista del águila; los ataques indirectos a la Constitución, la manipulación de la Historia y del pasado y la búsqueda del enfrentamiento directo, puro y duro, con quienes nos oponemosa sus objetivos espurios, se explican por la necesidad de superar el momento histórico al que nos condujo la Transición y cambiarlo por el actual sistema político subordinado a los fines del que se considera un Ser Supremo el Señor Rodríguez Zapatero.
El aserto de Goerge Orwell: " EL QUE CONTROLA EL PASADO, CONTROLA TAMBIÉN EL FUTURO. EL QUE CONTROLA EL PRESENTE, CONTROLA EL PASADO ", cobra, ahora, tintes inquietantes...
-LORD VOLDEMORT-  
 

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