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lunes, 12 de septiembre de 2011

En números redondos, en España vivimos 46 millones de personas. Según las cifras oficiales, de esos 46 millones, tan solo 15 tienen empleo y ponen productos y servicios en el mercado. Los 31 restantes en más o menos, se nutren de lo generado por los anteriores. Unos 3'2 millones son empleados públicos: también generan riqueza, y no desdeñable, pero no en condiciones de mercado, por lo que hay que allegar recursos de todos, financiados por la vía tributaria, para retribuirlos. Entre 4 y 5 millones están en paro, recibiendo subsidios o no. Unos 8 millones son pensionistas, y los sostiene la Seguridad Social, otro millón somos jubilados de Clases Pasivas del Estado ( Militares, guardias civiles y policías ). Otros 8 millones son menores de edad laboral, y todos convendremos en lo que les toca es formarse bien...
Queda un remanente de 7 millones de adultos que por decisión propia o por circunstancias " varias ", ni siquiera representan parte de nuestra población activa, pero que manejan " guita " lograda " de aquella manera ". Nuestra población activa se situa en el 55%. En Alemania es del 80%, sobre una población total que dobla a la nuestra. Considerando que su productividad es superior, se entiende por qué su economía es mucho más potente.
Lo anterior admite algunas precisiones. La que se deriva de la economía sumergida ( los de " aquella manera " ), que aporta un número suplementario de " trabajadores " y " mercaderes " entorno al número que ya he indicado... O la que implican las amas de casa, que aun sin empleo generan un valiosísimo servicio a la sociedad, o el millón, estimado, de prostitutas profesionales ( lo del " amateurismo " es otra cuestión ). Pero uno creía que estábamos tratando de ser un país homologable a los de nuestro entorno, tanto en legalidad de trabajo como en igualdad de oportunidades entre sexos.
Así, hora es ya ( otra vez lo vuelvo a iterar ) de decirlo, no vamos a ninguna parte. O sí: " a la puta calle " ( como los griegos ). Tenemos que crear empleo, para todos esos que no lo tienen, y en especial para ese 40% de jóvenes parados, de los que 700.000 ( ¡ qué vergüenza ! ) ni siquiera hemos sido capaces de que acaben la ESO....
Necesitamos ser mucho más de 15 millones de personas empujando este carro desde el sector privado de la economía, que es la final quien sostiene al tinglado. Toca a los empresarios arrimar el hombro ( como en Panamá ) ante la nulidad de los políticos. Tolerancia cero con los abusos patronales tan proclives en épocas de penuria. Y que aprendan todos los que nunca han llegado a esa lección, que los negocios se mantienen incentivando y respetando al trabajador y no con trapicheos varios y con mercadeos ilícitos....
-Otto VON STAUFFENBERG-  

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