CUANDO SE PRODUCE un descalabro económico de la magnitud del actual, muchas voces se alzan contra el capitalismo, contra la economía de mercado y exigiendo regulación. Las pésimas noticias que se están conociendo sobre algunas cajas de ahorros y bancos españoles y el mercadeo en general nada tienen que ver con el mercado y el capitalismo, sino con su corrupción.-
Por ejemplo, que el señor Rato llegara a la presidencia de Caja Madrid no fue capitalismo sino una decisión política y politiquera y por lo tanto intervencionismo; y a partir de ahí sus funestas decisiones hay que achacarlas a la corrupción y no al libre mercado.-
Es lo mismo que ha sucedido con Catalunya Caiza, en cuya presidencia el PSOE., colocó al catalán más siniestro, incapaz, abyecto y truculento de todos los tiempos: Narcís Serra. En tales circunstancias, hablar de capitalismo es una ilusión y aquí volvemos a constatar la corrupción política ( lo mismo podía decir, en otro ámbito, de las legalizaciones de Bildu y Sortu, no son errores de la Justicia, sino de su manipulación política ).-
El capitalismo no es un sistema perfecto, pero su imperfección se parece mucho a la condición humana. El estado interventor, como concepto, es ajeno a nuestra naturaleza y propio en cambio de los que han querido limitarla para controlarla, negarla para pisotearla y reducirla para eliminarla.-
El Estado y su tenebrosa maquinaria, que toma sus decisiones a sabiendas que va a ser otro el que pague el precio, son lo contrario del libre mercado y del mercadeo, donde todos actúan siendo conscientes de que sólo cobrarán si atinan y de sí pierden les tocará, unicamente que pagar.-
Somos seres humanos. Caemos y nos volvemos a levantar ( algunos ), reímos y volvemos a llorar. Estamos arriba y luego abajo, así es la Vida. Quien piense otra cosa, que se pegue un tiro. Cada una de nuestras vidas tiene un propósito y es un propósito en ella misma. Negociamos, comerciamos, tenemos nuestros límites y nuestras esperanzas, nuestra mezquindad trágica, un precio individual e intransferible y un utópico deseo de un mundo mejor.-
Así somos y así actuamos, hoy la mayoría de las veces de manera egoísta, vil y ruin, sin importarnos prostituírnos ( de una manera u otra ), para lograr alcanzar los objetivos aunque éstos sean espurios. La economía de mercado, " ergo " responde al arquetipo de cada una de nuestras almas pecadoras y corruptas, y nos penaliza y nos premia, a la postre, de un modo indiscutiblemente natural/moral: el capitalismo, sobre todo, el de raíz anglosajona, reposa sobre el principio esencial y fundamental de exigir buena fe en los negocios, en los tratos y por todo ello ha funcionado tan bien durante tanto tiempo. En el otro lado, el zoco moruno o mercadillo calorro...
El Estado y su regulación son la metáfora del oscurantismo contra el que la Humanidad siempre se encuentra en guerra, para poder avanzar: el mal existe, como la muerte, y es el contraste lo que nos ayuda a vivir. El escándalo, valga el ejemplo, no es que el Estado nacionalice e inyecte miles de millones de euros a Bankia o Catalunya Caixa, sino que las hundiera nombrando a Rato y Serra... Como otros muchísimos ejemplos en todos los órdenes....
-Lord Lancaster-
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