Perpetuo guardián de las esencias más sociales del sistema -pronto será reelegido para un nuevo mandato, el último-, D. José Chamizo acaba de dar la voz de alarma sobre la aparición de un nuevo tipo de menor o niñat@ maltrador o maltradora de su familia: el mal o la mal acostumbrada a un bienestar que se evapora por culpa de la crisis.
Hasta ahora la tipología clásica de la niñata que maltrata psicólogica y/o físicamente a sus progenitores recogía tres especímenes: la que sufre de alguna adicción desequilibradora, el o la que es víctima de un trastorno grave de la personalidad y el o la educada en un ambiente de máxima permisividad, desconocedor/a de conducta e incapaz de soportar la frustración.
Aunque el informe del Sr. Chamizo, en su condición de Defensor del Menor, pone el énfasis en el deterioro que las circunstancias actuales está provocando en los mecanismos de protección de los menores en desamparo y tutelados por la Junta de Andalucía o en acogimiento familiar -por no hablar de la miseria creciente que se ceba en la infancia-, lo más llamativo de su Memoria de 2011 ha sido la incidencia de este colectivo nuevo de abyectos maltratadores que no responden al patrón tradicional de patologías muy conocidas y estudiadas ( aunque infructuosamente combatidas ).
No se trata de un fenómeno masivo, pero sí creciente. Cada vez son más las criaturitas habituadas ( por sus padres ) a llevar un nivel de vida confortable y a disfrutar de una seria de comodidades que, al reducirse los ingresos familiares por culpa de la Crisis, no se adaptan a la austeridad obligada y se revuelven violentamente contra sus progenitores.
Hace años tuve una vecina ama de casa, sin más ingresos que los de su marido operario de una empresa, que tenía que bregar con una adolescente de vocación parasitaria y recuerdo las broncas que le montaba a la madre cuando no podía satisfacer sus exigencias consumistas. " Marca, marca, te he dicho que quiero ropa de marca.... " " y si no tienes dinero, trabájatelo de puta..... ", le gritaba.
No sé que abrá sido de ellas, mis vaivenes como nómada del desierto de la Vida me hizo perderles el rastro, pero está claro que fue una adelantada de su tiempo, una precursora de esta caterva de niñatas y niñatos a los que nunca le ha negado nada y cuando al fin se les niega algo -generalmente, la vida misma, lo hace- son capaces de pegarle a su madre o a su padre por no comprarle algo, de " marca ", claro.
Claro que son los progenitores los que han consentido. Antes este mal comportamiento recibido daba la cara más tarde y en la calle. Ahora la da en el acto y se vuelve contra quienes las dan y donde las dan las toman...
-Lord Lancaster-
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