Montarle una rebelión a Zapatero compensa
Es la peligrosa y paradójica conclusión que pueden extraer los miembros del PSOE que anhelan encontrar un puesto de relevancia en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Y si no, que se lo pregunten a Tomás Gómez.
¿Quién era Tomás Gómez para el 80% de los españoles hace sólo dos meses?
Nadie. O mejor: un desconocido.
Y el propio interesado lo sabía. Todavía recuerdo con estupor el guirigay que le montó a los periodistas que siguen la sección de Madrid para El País y El Mundo porque apenas se hacían eco de sus actividades. La presencia mediática del líder socialista, tras tres años de intenso trabajo en la región, era mínima.
Sin embargo, la bronca con el presidente del Gobierno lo ha hecho famoso. Y así lo confirman, según la noticia que aparece hoy en nuestras páginas, los datos que tiene en su poder el propio Tomás Gómez.
Vamos a ver cómo concluye este pulso entre Trinidad Jiménez y el ex alcalde de Parla. Yo sigo pensando, como ya he dicho, que esta rebelión le va a pasar factura a Gómez: Zapatero no perdona este tipo de actitudes. Actúa sin prisa pero de forma implacable. Y a su debido tiempo.
Pero el mensaje que se ha transmitido a la militancia es bastante inquietante: montarle una rebelión a Zapatero, compensa.
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