Crisis económica, paro, guerras, violencia de género, hambre...elecciones...las gallegas, las vascas, las europeas....¡qué horror! Meses y meses de mentiras. Sonreíran los dirigentes, beatíficos. Besarán a los niños (como los Reyes Magos), estrecharán todas las manos, incluso la de los maniquíes. Animalizarán a las mujeres, excluyéndolas del género humano, con la canción de españoles y españolas, malagueños y malagueñas, ciudadanos y ciudadanas, miembros y....
Ciudadasnos más bien...España no es un problema. Los españoles si que lo son. Emigren en masa, y todo se arreglará. Sobran inmigrantes, faltan emigrantes. Soy yo, supongo, quien debería emigrar, pero...ahora no puedo. De momento me van a tener que aguantar...Vete, vete, vete de casa por Navidad...aguafiestas, me dicen. Las fiestas, España y yo....al parecer somos incompatibles, con todo el dolor de mi corazón.
¿Votar o no votar? That is the question. Yo, solo votaría a candidatos que reunieran los siguientes requisitos:
-No emplear en los discursos los términos ciudadanos, ciuadadanas, arbitros, arbitras...Soy español. Mi idioma me sirve para comunicarme con los demás y expresarme, sin que sirva de equívocos. No puedo cruzarme de brazos mientras lo acuchillan.
-Intentar que se apruebe una nueva Constitución. Digo nueva, no reformada. Propósito: acabar con la sangría de las Comunidades. Si eso no se desmonta, bye, bye, Spain.
-El último punto, lo que pide Rosa Díez. Será cosa de que vayaís pensando en votarla es la única que tienen sentido común. Dicho queda.
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