Por lo mismo que debo construir los cimientos adecuados si quiero levantar un edificio: Porque si no lo hago se caerá... Si deseamos construir un modelo de convivencia justo y aceptable para todos, debemos cumplir las normas éticas. Si queremos vivir en el horror, no es necesario hacerlo. La razón individual puede justificar perfectamente el egoísmo: "Yo, a lo mío...".
Sólo una racionalidad compartida, consciente de que el egoísta es un peligro público, sabedora de la precariedad de nuestra situación, generosa y lúcida, puede exigir realmente el cumplimiento de las normas. La presión social a través de la educación, del reconocimiento o de la sanción, hace que en las personas emerja la "conciencia moral", que es el bien común que deberíamos cuidar más, porque cuando una sociedad se hace desvergonzada, se abren las puertas de todos los egoísmos. En los últimos tiempos han venido diciendo que la escuela no debe formar parte de la conciencia moral. Me parece un disparate brutal. Educarla, afinarla, fortalecerla es la tarea cultural más importante que una sociedad debe realizar a través de todas sus instituciones. Es la presencia de los demás horadando la roca de nuestro egoísmo.
Es nuestra salvación...
No hay comentarios:
Publicar un comentario