Parece que la mayoría tiende a agruparse con personas afines a ellos mismos. Dios (o la Naturaleza) los cría y ellos se juntan, reza la sabiduría popular. Tal vez sea que el ser humano lleve inscrito en sus genes la llamada al gregarismo. Pero ambién es posible que aquellos a quienes se consideran semejantes no lo son tanto.
Se tiende a ver a los demás de acuerdo a esquemas propios. El aficionado al fútbol da por sentado que toda la humanidad comparte su misma pasión, por ejemplo. Si se topa con alguien a quien le importa un bledo el tema, lo mira con ojos de perdonavidas. El melómano no concibe que alguien pueda vivir sin música, de la misma manera que el creyente considera al agnóstico una oveja descarriada, y éste ve al otro como a un ser imbuido de supersticiones primitivas. Y, en política igual, uno de izquierdas no comprende que en "estos tiempos" hayan gentes de derechas. Mi mundo, mis referencias, mis juicios y mis sensaciones no sólo son las válidas, sino que son compartidas por la gran mayoría; piensan.
Esto en sujetos de poca cultura, exigüa catadura moral o de horizontes mentales estrechos es hasta cierto punto comprensible. Quien no ha conocido otras visiones de las cosas u otros modos de vida piensan que todo el mundo come a la misma hora y se acuesta al mismo tiempo que él, y que más allá no existe vida alguna. Se burla de otros hechos ajenos sin pararse a pensar en lo que a su vez éstos encontrarían de ridículo en los suyos si se le aplicase la misma lente etnocentrista con que él mira el mundo exterior.
En el trato personal, el sesgo del falso cosenso conduce a crear prejuicios de afinidad allí donde no siempre los hay....Orillamos nuestras diferencias de carácter, de intereses o de valores no compartidos, solamente cuando en nuestro interior se traman ideas de inclinaciones espurias.
El mecanismo generalizador del falso consenso actúa como argumento para reafirmar prejuicios, ideas sugestivas, tópicos infundados y opiniones no sometidas al exámen imparcial. En época de crisis económica como la actual, no es extraño encontrar a personas que niegan la gravedad de la situación basándose exclusivamente en el hecho de que a ellos no les ha alcanzado... aún.
Falso consenso, reafirmado con frases como: "Todos lo hacen." Así el adolescente que llega borracho a su casa, se excusa manifestando que lo raro es que alguien se mantenga abstemio en sus reuniones. O el conductor que después de haber estado en una comida de colegas coge el coche, con una copa de más, exculpándose porque los demás también lo hacen. Falso consenso...Es decir, el falso consenso actúa como reforzador de los argumentos justificativos, como mecanismo defensivo para no afrontar las propias responsabilidades y la puta realidad.
"Piensa el ladrón que todos son de su condición." En resumen.
Sin duda somos un manojo de prejuicios sustentados en el autoengaño.
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