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jueves, 16 de febrero de 2012

En Andalucía, Chaves sigue maniobrando como un Schettino cualquiera hasta que su costa concordia particular encalle entre los arrecifes cercanos a su pueblo. No se salvará don Manuel de la ola de chivatazos que se avecinan. Ni su sanchopanza Zarrías podrá detener el incontenible ataque proveniente del fuego amigo. Ya saben. O me das o te zurro. Los pobres tienen que comer. El Psoe sufre el acoso político, dentro de sus filas, que con tanta perversidad como acierto ha ido instrumentando durante tres ominosas décadas. Alababan el consenso con la aviesa intención de maquillar su vis dictatorial. Los prepotentes que viven del pueblo utilizan a la gente para justificar el rodillo de sus malas acciones. Todo para el pueblo, decían los déspotas. Sin el pueblo, afirman los del Psoe. La fractura de la organización recorre el tejido social y político. En Andalucía, la mano firme de Griñçan contiene la descomposición al socaire de la escasa entidad humana e intelectual de sus adversarios de partido. Más vale un puesto en la oposición que ponerse en la cola del paro. El próximo veinticinco de Marzo. A la calle con ellos. Uno se felicita por ello. Ese reino no es de este mundo. Pertenece al imperio de las sombras, al lado oscuro de la realidad, al underground de la conciencia. Boabdil llora. Andalucía festeja sus lágrimas.
-Jack Bauer-

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