Quien haya hecho el esfuerzo de asomarse a la prensa durante estas últimas semanas sin ponerse las " Ray-Ban " ideológicas, habrá podido constatar que el vínculo más sagrado que une a nuestro sistema político con la sociedad civil es: LA CORRUPCIÓN.-
O lo que es igual el uso del poder público, civil o privado, para beneficiar a unos en detrimento de otros, sin el menor respeto a los procedimientos legales, a los principios básicos morales y éticos y a la normativa vigente dimanante de la Constitución.
Esto, como siempre, sorprenderá a algunos ingenuos e ingenuas, llevará a los cínicos y cínicas a inventarse excusas para disculpar a sus lameculos y confirmará a los escépticos en su hertazgo del Mundo y de la Vida. Pero, si me paro un momento a pensar, todo es muy sencillo. Dígamos que la forma que ha adoptado la sociedad civil, o sea, el modo en que está organizada pública y privadamente, es un reflejo exacto e irrefutable de lo que es: lo que ha elegido ser, una prolongación de la película " Torrente-4 Lethal Crisis "...
¿ Es corrupto el sistema político por que lo es la sociedad, o la sociedad es corrupta porque lo es el sistema político ?
Recordemos que la corrupción y por ende la prostitución en el seno de la sociedad civil, públicamente y privadamente, adopta muchas formas: desde el fraude fiscal al desempleo ficticio, pasando por el informe médico falso, la baja laboral fingida para disfrutar mejor el carnaval, las Fallas, la Semana Santa, el trabajo ilícito, o... la prostitución pseudo amateur o profesional. Luego hay otro tipo de corrupción, tráfico de sustancias estupefacientes y prostitución menos punible, consentida, pero terriblemente dañina para el buen funcionamiento de la economía, para el ordenamiento común y para la confianza de algunos ciudadanos y ciudadanas en las " bondades " del propio sistema: EL ENCHUFISMO.-
Que no es sino una extensión del arrodillamiento ante la bragueta, el familismo amoral que caracteriza a los españoles, consistente en dar todo a los suyos aunque para ello ponga el cazo o se baje los pantalones o la falda, con independencia de las consecuencias que eso pueda tener para la productividad o la decencia, al terreno económico ( ya lo dice el sabio refranero español: " un hombre sin cuernos es como un jardín sin flores "... )
Ya saben: no se contrata, se subvenciona o se beca a quien se lo merece o tiene derecho a ello, sino a quien tiene " los contactos " adecuados....
Y da igual que sea un o una incapaz, porque nadie va a pedirle cuentas, ya que no se trata nunca de hacer las cosas bien, sino de fingir ( como la puta en el sexo ) que se van haciendo. De manera que la falta de productividad y seriedad es un derivado de la corrupción y la prostitución, tanto en el sector público como en el privado. A uno le gustaría pensar que esto fuera más grave en el público, porque el privado invierte su propio peculio, pero esto último, creédme, nos es verdad: lo que hay es un " enjuague " público/privado.
Pero, aún, no he respondido a mi propia pregunta de quien se corrompe primero. Claro que quizás no sea la interrogante correcta. Al fin y al cabo, un sistema político, institucional, está dirigido por comisarios políticos y gestionado por funcionarios que dimanan de la misma sociedad civil.
Arrastran, siglos ha, la cultura y la historia de un lugar donde la ética nunca existió. Recuerdo que en los años de corrupción y prostitución " felipista ", el ínclito Carlos Solchaga se dijo una vez, para justificar aquellos escándalos, que quién fuese honrado en España que tirase la primera piedra. Pero eso no me vale, porque entre otras cosas a mi me costaron cinco años de mi vida en confinamiento. Y aquí si yo lo pagué, más tarde o temprano, el que la hace la paga, por mi madre en está muerta.
Es verdad que el ciudadano que viene de ganarse la vida y sacar adelante una familia en un entorno social corrupto y de lenocinio no podrá evitar, más tarde o temprano, corromperse y prostituirse, en mayor o menor medida, él también. Son las reglas del juego; nadie puede soslayarlo del todo, ya sea para encontrar un empleo, hacerse un hueco en el mundo de la farándula ( cantante, actor, etc. ) o conseguir una beca. En realidad si alguien tratase de vivir en España o en Andalucía con observancia esctricta de las normas, como es mi caso, acabaría en el más absoluto ostracismo, con muchos enemigos y la " espada de Damocles " pendiendo sobre su cabeza, y preparando las maletas para irse a la República Dominicana...
Ahora bien, todo es así, porque la sociedad civil y el sistema político lo permiten y lo fomentan. Dejo a un lado la evidencia de que el dinero público sirve para tejer y urdir una trama y red clientelar que garantiza algunas, muchas, prebendas. Más interesante sería que os preguntaséis cómo se sale de aquí, antes de tener que hacer algo de lo que luego tengas que arrepentirte, si es qye hay alguna salida. Y el problema es que, a falta de una opinión pública, digna de tal nombre, sólo un cambio en las reglas de juego que venga desde arriba puede ocasionar algún cambio; porque manifestaciones ciudadanas contra la corrupción, ni las ha habido, ni las hay, ni las habrá...
Todo lo cual, para mí, español, es desalentador: porque si no hay, o hay poco interés en cambiar las cosas, deduzco que todos y todas están " chupando y mamando " de las mismas...........
-Corso-
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