La " jambre "; lo escribo esí, en femenino, como la calor andaluza, como la mar marinera. Porque sólo se cambia al femenino aquello que se siente cercano y familiar, como una madre: y la hambre es uno de los hilos que forma la trama de mi memoria.
Recuerdo la referencia resignada de mis padres a los " años de la hambre " cada vez que me quería permitir la veleidad caprichosa de rechazar la comida del día. Luego tenía que comerme las lentejas al mediodía y por la noche.
Pero que lástima que no dispongamos de una letra que refleje, siquiera de lejos, la rotundidad de la aspiraciín con que los norteafricanos-andaluces lo pronunciamos, en lugar de esa pálida, macilenta, silenciosa y desvaída hache castellana...
La " jambre ", afectaba ya el año pasado en el Mundo a mil millones se seres humanos, de los que al menos diez millones ocupan a España, más este millón y medio de familias que hoy a la EPA ha confirmado, como grupos de personas que no tienen a ninguno de sus miembros trabajando, y, ese millón y pico de hombres y mujeres mayores de cuarenta y cinco años en paro, y sin visos de que puedan a tener una vida laboral.
Pero, los números, según se pasan de los que podamos contar con los dedos de la mano, o a ojo de buen cubero en tu próximo entorno visual, plantean el insalvable problema de su " autismo cadavérico ": no " dicen " nada, no dan frío ni calor, ni siquiera son interpretados por esa masa amorfa que aún viven ( y deseo que por mucho tiempo ) todo el día metidos en una gran centro comercial o en " El Corte Inglés ".
Decir que hay mil millones de hambrientos o cinco de mendicantes de un chusco de pan o de otro millón rebuscando en los contenedores de basura, o que varios países van a prestar equis millones para paliar el hambre tiene el mismo efecto que coger el mando de la televisión y cambiar de canal. Es la ingravidez en que están a punto caer siempre las estadísticas, y el personal.
El activador interno de esta reflexión, amén de los datos dados por públicos hoy, tiene que ver con una entrevista que leí hace poco en una diario de tirada nacional realizada a unos de los magnates más importantes del planeta Tierra. Sus palabras están entreveradas con los bailes de cifras, aunque hay algo en su espíritu práctico y al que no se le puede negar su capacidad de gestión, por encima de cualquiera de los gestores de las potencias mundiales y que llama la atención, por su sencillez, en sus formas, comportamientos y planteamientos. Por ejemplo cuando dice que " la historia prueba que ningún país, territorio, nación, comarca, tribu, clan, etc., ha salido de la pobreza sin conseguir antes que su sistema agrícola sea productivo, por lo que, invertir en los pequeños agricultores es el método más efectivo de combatir el hambre, la indigencia, la miseria y la ruina....
Este hombre es el Señor Bill Gates..........
Es, para mí, tan frustrante, desconsolador, desilusionante y lamentable, comprobar la incapacidad, ineptitud, incompetencia, torpeza, impericia, inutilidad de los políticos, gestores, gerentes, empresas, mandatarios y administradores públicos y privados, de los Estados, frente a esta afrenta a la CONDICIÓN HUMANA ( para la gran mayoría, hijos e hijas de puta afectos a la " buena vida ", EL HAMBRE ES UNA LEY DE LA NATURALEZA ), que la noticia de que el hombre que acabo de nombrar, filántropo organizado, austero y práctico esté en ese empeño y dedique de su peculio particular miles de millones y " obligue " a cuatro naciones a que también se rasquen los bolsillos, que al menos me siento algo reconfortado.
Porque el " jambre " es individual e incomunicable ( le importa un carajo a cualquiera que tengas al lado ), como el dolor o el sufrimiento, o el confinamiento, la prisión, la cárcel o la muerte, y sólo, la imaginación empática de que a muchos de los que la padecen se la pueda quitar las máquinas y semillas de Míster Gates, ya me aminora a mi también en cierto grado otro tipo de " hambre ", y al resto..... que pasa de ello, sólo le deseo que la sientan en la barriga de la mala conciencia......
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