La democracia española, fruto de una transición en la que fuera de España pocos creían, era una gran atractivo de nuestra Nación. Desde 1977., políticos y miembros de las FF. y CC., de Seguridad del Estado pudieron exhibir sus experiencias y sobre todo un aguante excepcional, y dar lecciones de tolerancia. El vigor de la democracia española desbordaba las fronteras propias, era expansivo, y las gestas de la transición, rompiendo límites impensados, al final resultó que sólo era una ola tardía de la misma marca...
Ahora, en tres o cuatro semanas, esa imagen se ha evaporado, y el Mundo descubre estupefacto el fondo de armario de la España eterna y cainita, capza de salir a la calle con la faca en el cinto para destripar a una parte de ella...
Los equívocos, ambigüedades, rencores, odios y miserias que creíamos haber soslayado en nuestra transición política, sólo estaban tapados, y, ahora son de otra vez de público dominio y vox populi del orbe, del Mundo...
Un capital intangible se ha ido al garete, por donde siempre estuvo.... por la cloaca.
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