Los emergentes sociales y sindicales del brutal ajuste fiscal en Grecia, exigido por el capitalismo usurario para “refinanciar” la deuda griega, además de proyectarse a otros países, como España, Irlanda y Portugal, ya se presenta como la mecha de una crisis generalizada que amenaza con implosionar las bases económicas, político-sociales y monetarias de la Unión Europea.
Grecia encendió la luz roja. ¿Cómo hará el eje dominante EEUU-Europa para conservar la hegemonía mundial (del sistema capitalista imperial) si en sus propias metrópolis comienzan a colapsar, además de los bancos y las empresas, los Estados y el “sistema” que sostiene la credibilidad pública en las instituciones del control político y social?
La crisis financiera que ya golpea a los Estados (y que se expande por toda la eurozona) ha derivado en “crisis social” por medio de tres actores centrales: La baja de salarios como producto de los ajustes, la baja de la capacidad de consumo, el trabajo en negro y el desempleo, que afecta principalmente a los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad europea occidental, y que tambien se extiende como reguero de pólvora por los ex países soviéticos de Europa del Este.
El euro se deslizó el jueves a su nivel más bajo en tres semanas y las acciones en Europa cayeron drásticamente mientras la crisis por la deuda del continente amenaza con quedar fuera de control, impulsada por la crisis en Grecia.
En las primeras operaciones del jueves, el euro iba bajando 0,4% y se cotizaba en 1,4119 dólares, su nivel más bajo desde el 26 de mayo. El retroceso del jueves sigue a un descenso de casi tres centavos el miércoles, cuando el gobierno de Grecia parecía estar al borde del colapso.
Mientras tanto, la mayoría de los mercados bursátiles de Europa se derrumbaban a medida que aumentaba el nerviosismo de los inversionistas (lease especuladotes internacionales) ante la posibilidad de que un desordenado cese de pagos por parte de Atenas pueda incrementar la presión en los bancos del continente.
El costo de asegurar la deuda griega, portuguesa e irlandesa frente a un impago alcanzó nuevos máximos el miércoles en medio de la ausencia de un acuerdo sobre qué hacer con la deuda de Grecia.
Por la mañana, los CDS de Grecia a 5 años subían 111 puntos básicos a 1.700 puntos básicos frente a los 1.651 puntos básicos anteriores, según Markit.
Los diferenciales de los CDS a 5 años de Portugal e Irlanda también seguían subiendo hasta nuevos récords. El diferencial de Portugal aumentaba 31 puntos básicos a 780 puntos básicos desde 770 puntos básicos, mientras que los de Irlanda subían 14 puntos básicos a 745 puntos básicos.
Los de España aumentaban 10 puntos básicos a 283 puntos básicos.
En tanto, Moody’s amenaza con rebajar la calificación de los bancos franceses por exposición a deuda griega.
Las acciones de los tres principales bancos de Francia descienderon el miércoles después de que Moody’s Investors Service amenazara con rebajar sus calificaciones por su exposición a la deuda soberana griega y advirtiera que podría adoptar medidas similares con otros bancos dentro de poco.
Los últimos datos del Banco de Pagos Internacionales muestran que el sector bancario francés tiene la mayor exposición a Grecia, totalizando US$56.700 millones, frente a la exposición de los bancos alemanes, que asciende a US$33.970 millones.
Por otra parte, la bolsa española cotizaba el jueves a media sesión con bajas contenidas en un contexto de crecientes temores sobre el efecto contagio de los problemas de Grecia y otros países periféricos que encarecía la financiación de estados como el español y hacía subir la prima de riesgo a máximos anuales.
En este contexto, la mayoría de los componentes del Ibex-35 cotizaba con baja, con descensos particularmente marcados en algunos valores industriales y financieros.
El Euro-colapso
En este escenario de crisis generalizada, según un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), se agrega otro dato central: El 60% de la población laboral europea trabaja con contratos de trabajos precarios y sin prestaciones sociales.
Esta situación -según los especialistas- va a derivar en un situación en la que ese sector, sin cobertura ni protección legal, será despedido en masa, cuando la crisis y los ajustes se profundicen y las empresas decidan “achicar costos laborales” para preservar su rentabilidad.
En este marco, Grecia y España, seguidos de Portugal, coinciden todos los analistas, ya se han convertido en mecha de un potencial colapso económico financiero en cadena que podría, como emergente principal, desencadenar un proceso de estallidos sociales y de crisis política en toda la eurozona.
El reconocimiento de la profundidad de la crisis por los propios líderes y autoridades monetarias, acompañado de anuncios de más ajustes salvajes, se convierte en la antesala natural de más explosiones sociales y conflictos sindicales contagiándose por toda la eurozona.
Un primer nivel de respuesta a “los ajustes salvajes” está conformado por las huelgas y protestas sociales violentas que amenazan con extenderse de Grecia a España, y desde allí a todos los países de la región puestos en la mira de los recortes de salarios y reducción de beneficios sociales como Portugal, Reino Unido e Italia, entre los más próximos.
Un segundo nivel de respuesta, todavía potencial, pero proyectado como emergente, es un proceso de “crisis de ”gobernabilidad” política que va sobrevenir como emergente inexorable de las protestas sociales contra los gobiernos y la clase política.
Los Ministros de Economía y Finanzas de los 27 países de la Unión Europea (Ecofin) en su última reunión en Bruselas, analizaron entre otros temas, nuevos paquetes de “medidas anticrisis”.
Ante esta perspectiva, varios expertos afirman que la UE superará la crisis sólo después de que ocurra el colapso de la zona euro.
Los burócratas europeos siempre recuerdan que la UE es un proyecto político, y que es necesario consolidar la mayoría de los países europeos para evitar la repetición del escenario de la Segunda Guerra Mundial.
Según The Wall Street Journal, las repercusiones de la crisis golpean particularmente a los gobiernos en Berlín, París y Madrid, e incluso afectan la popularidad del italiano Silvio Berlusconi.
La crisis social
Como producto de la crisis financiera y de los planes de ajuste para reestructurar las deudas públicas se empieza a resentir la capacidad de consumo de las mayorías.
Según una última medición, uno de cada seis europeos llega con apuros a fin de mes , con problemas para pagar facturas de servicios de primera necesidad como la electricidad, el agua o la calefacción e incluso para llenar la canasta de la compra. El 60% piensa que la pobreza aumentó en su país durante el último año.
El 30% dice que tiene problemas para pagar sus gastos sanitarios.
Son los datos que revela el último Eurobarómetro, realizado por la Comisión Europea, sobre el impacto que la crisis económica está teniendo en las familias europeas. 2010 fue el Año Europeo de la Lucha contra la Pobreza y la exclusión social.
La Comisión Europea analiza desde junio de 2009 la percepción que tienen los ciudadanos sobre la actual crisis generada por los rojos fiscales y los recortes de gastos públicos con reducción de salarios.
La encuesta revela los efectos de la crisis y de los programas de ajuste sobre los ciudadanos de la eurozona.
Según el Eurobarómetro, una hay una percepción de pobreza generalizada que alimenta los temores a un futuro sombrío. Hasta el 85% de los griegos cree que la pobreza aumenta en su entorno, lo mismo que piensa el 83% de los franceses, el 82% de los búlgaros, el 77% de los rumanos o el 75% de los italianos.
En Bélgica ese porcentaje cae hasta el 49% Laszo Andor, comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, dijo en la presentación del informe que “los resultados confirman que la pobreza es uno de los mayores problemas en la Unión Europea y que la crisis económica y financiera actual agrava aún más la situación. La crisis está pasando factura y un significativo porcentaje de europeos tiene dificultades para llegar a fin de mes”.
El comisario de Empleo señala que el desempleo aumenta en toda la Unión Europea y ya son más de 23 millones los ciudadanos europeos sin un puesto de trabajo, más del 10% de la población activa .
En algunos países, como España, ese porcentaje se acerca al 20 por ciento y, entre los jóvenes, afecta a casi el 40%.
La medición oficial, revela que el miedo es el sentimiento más generalizado entre los ciudadanos de la eurozona .
Sienten temor a no poder llegar a fin de mes, a no poder afrontar los gastos básicos y a la pérdida del empleo, un sentimiento que siente uno de cada tres europeos.
Aunque esta percepción aumenta hasta el 73 por ciento en Grecia, el 68 por ciento en España, el 63% en Italia y el 62% en Irlanda, los países más afectados por la crisis y donde el mercado laboral se ha deteriorado con más rapidez y contundencia.
Además, pocos confían en el mercado laboral pues la mitad considera que, en caso de ser despedidos, será “poco probable” o “completamente improbable” que alguien vuelva a contratarlos en los siguientes seis meses.
La encuesta también revela miedo al futuro. El 54 por ciento de los europeos temen que su pensión no les permita vivir con decencia y el 73 por ciento que su jubilación sea menor a lo que esperaban o que se tengan que jubilar más tarde.
Por otro lado, la contagiosa crisis fiscal, y el ajuste salvaje, que detona como emergente resistencia sindical y estallidos sociales, se alimenta a su vez con los datos negativos de la recuperación económica en la eurozona.
Según el último informe de la Comisión Europea, las expectativas económicas en los 16 países de la zona del euro empeoraron en febrero por primera vez en casi un año, un indicio más de que ha perdido fuerza la recuperación económica.
La economía de la UE cayó en 2009 4%, es el peor dato desde la Segunda Guerra Mundial.
La producción industrial se desmoronó un 20%, conduciendo a la estructura industrial europea a la situación que se encontraba a mediados de los 90 del pasado siglo.
Actualmente hay 23 millones de europeos sin trabajo, 7 millones más que hace 20 meses, y la desocupación seguirá creciendo según todas las estimaciones.
Un 8% de la población europea tiene un empleo que no le permite salir de la pobreza, y 80 millones viven justo en el umbral que marca la pobreza.
No obstante los anuncios de “recuperación”, la productividad económica es famélica y hace que el crecimiento estructural europeo sea dos tercios menor que el estadounidense.
Los déficits públicos regionales ya alcanzan una media de 7% del PBI contra el límite de 3% que había impuesto el Tratado de Maastrich. Y la deuda sube hasta el 80%. Los bancos, siguen sin prestar dinero como antes de la crisis, impidiendo el funcionamiento normal de las empresas.
Estos números ilustran más que nada sobre el declive y el colapso generalizado en la que parece haber ingresado la Unión Europea.
—LORD VOLDEMORT
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