Un equipo de psicólogos y sociólogos ( amén de examinar a nuestro " primer ministro " ) deberían de ponerse a analizar porque mucha gente odia tanto a Zapatero. No digo antipatía, ni animadversión, ni incluso enemistad, sino odio acerval en estado puro... ese que hace que personas con formación y espíritu ecuánime, salten como un resorte echando espumarajos, en cuanto oyen el nombre del nefando. No me sorprende....
Pero me consta, que el odio, es una constante en la vida de este País, con la Guerra Civil como máximo exponente de esa locura cainita arraigada en el ADN. Pese al tiempo, transcurrido, esos fuegos siguen viven y aún arden. Por lo demás, el odio a Zapatero no es más que una versión renovada del odio e inquina que padecieron casi todos los presidentes que le precedieron.
Tengo los años suficientes como para recordar el odio a Adolfo Suárez hasta que dimitió. Y no le valieron de nada su desparpajo, su simpatía y su valor personal. Algo parecido, le ocurrió a Felipe González, a quien no le perdonaron sus éxitos y su larga estancia en el poder. Una lluvia de insultos le acompañó a su salida, como le sucede a los toreros en tarde de bronca. Tampoco a José María Aznar le fue bien en su segundo mandato ( está visto que además del odio, a la gente de aquí no le gusta ver durante mucho tiempo la misma cara ), pese a conseguir mayoría absoluta. El único que se libró de esa maldición gitana fue Leopoldo Calvo Sotelo, quizás porque todo el mundo entendió su interinidad. Las raíces del odio en ésta Nación son difíciles de entender......
El escritor brasileño Jorge Amado dejó escrito en su libro: " Navigación de cabotaje " una curiosa anécdota para explicar la diferencia de talante entre lusos e hispanos. Cruzaba la frontera entre los dos países y a escasos metros de la raya divisoria pudo leer dos pintadas contrapuestas. En el lado portugués rezaba: " El Sol brillará para todos .... ".
En el lado español, sobre un muro, se expresaba rotundamente: " TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO..... "
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