Absuelto un capitán de la Guardia Civil que había sido condenado por malos tratos tras otra denuncia falsa de una femiembustera
Audiencia Provincial de Jaén.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial determina que Miguel L. P. —capitán de la Guardia Civil— es inocente y certifica que nunca maltrató a su mujer. De esta manera, lo absuelve de una condena que dictó el Juzgado de lo Penal número 4 de Jaén y obliga a restituirlo en todas sus funciones.
El procedimiento judicial comenzó con una denuncia en julio de 2009 y, después de dos años, acaba de terminar. La Audiencia Provincial de Jaén sentencia que el capitán de la Guardia Civil que estuvo al frente del destacamento de Villacarrillo, y que ahora se encuentra en la Academia de Baeza, nunca maltrató a su mujer. Lo hace en base a que no existen pruebas que certifiquen los hechos, alude una falta de concreción y apunta a que existe un procedimiento civil que pudiera contaminar el caso, según destacan también fuentes de la defensa. De ahí que su expediente queda completamente limpio.
Por ello, el máximo órgano judicial de la provincia revoca la condena del Juzgado de lo Penal número 4 de Jaén, que se dictó el 31 de marzo. La sentencia lo castigó con un año y nueve meses de prisión por un delito de malos tratos habituales —conforme al artículo 173.2 del Código Penal—, le quitó su arma reglamentaria e interpuso una orden de alejamiento de 300 metros con su exmujer.
Precisamente, fuentes de la defensa señalan que la denuncia se produjo casi dos años después de que cesara la convivencia y, además, cuando se negociaba el convenio que debía regir las condiciones de la separación, por lo que señalan que la Audiencia ha tenido en cuenta, en el recurso que presentó la defensa, que este procedimiento civil podría haber contaminado la causa.
Otro delito
Asimismo, las mismas fuentes señalan que en el Juzgado de lo Penal se le condenó por un delito de maltrato habitual, pero fue absuelto de otro de malos tratos, por el que también fue juzgado. Precisamente, por su condición de capitán de la Guardia Civil y responsable de un destacamento—los hechos juzgados se produjeron cuando estaba destinado en Villacarrillo e, incluso, acudieron guardias de este cuartel a declarar—, el caso ha tenido una trascendencia especial. Sin duda, una condena por maltrato lo convertía en un “apestado” dentro del Instituto Armado. En cambio, ahora la Audiencia Provincial revoca la sentencia y obliga a restituirlo en todas sus funciones.
La primera sentencia consideró probado que su mujer vivió un verdadero calvario en su matrimonio. Además, las dos hijas de la pareja —una de ellas también pertenece a la Guardia Civil— declararon contra su padre. En cambio, el máximo tribunal explica en su sentencia: “Quedan ausentes cuales fueron los constantes actos de malos tratos físicos y agresiones en relación a fechas o tiempo concreto en el que se produjeron, así como existe falta de credibilidad atribuida a los testigos sobre los hechos”. Asimismo, continúa que la supuesta víctima no tiene “alteraciones de sus capacidades o de los indicadores psicosociales compatibles con malos tratos habituales”. Y también recalca que la denuncia se produce en pleno proceso de separación. AD ha contactado con la otra parte, que ha rehusado realizar declaración alguna sobre el fallo de la Audiencia Provincial que absuelve a Miguel L. P.
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