la calle. Lo peor no es que tengan como catre el rigor húmedo y frío
del pavimento urbano y como hogar la intemperie. Lo peor es que son un
grupo de sin techo que ya han bajado los brazos ante la desidia
oficial y oficiosa. Que dan por perdida la batalla por un hogar digno
y a los que ya les da igual todo: las escarchas de las madrugadas, las
patadas de los niñatos y niñatas, las boqueras provocadas por la
anemia, las dietas a base de cartón de vino y de restos de comida de
los contenedores de basura...
Hace unos días sobre las once treinta de la mañana, lloviendo me
encontré a uno así, durmiendo entre cartones entre el edificio de
Hacienda y El Corte Inglés. El ingente gentío que transitaba por el
lugar ni lo miraba, alguno y alguna hacía un mohín de repudio y asco,
de oprobio, pero nadie se preocupaba lo más mínimo. Llamé a mis
compañeros tras comprobar que aún seguía vivo y ellos se ocuparon de
alertar a una ambulancia...
Nuestras desvergüenzas viven en las calles, en los cajeros
automáticos, en los soportales. Todos los días. Desde que estallara la
anunciada crisis ya no se cuentan por decenas como antes. Vamos de mil
en mil. Pero, siempre han estado ahí. Antes, en tiempos de bonanza,
habitaban en la trastienda de la prosperidad y el gasto incontrolado y
absurdo. Entonces era más fácil digerir su estampa. Ahora, cuesta
más... entre otras cosas porque ya no son una minoría marginal ( en
España son más de ochocientos mil seres humanos ) y, también, por qué,
¿ quién sabe ? mañana también te puedes ver tú. A esta tribu la de los
nómadas de la miseria, a la que se puede añadir la mía, la de los
nómadas del desierto de la vida, empiezan a incorporarse, día a día,
los damnificados por la ineptitud y la mala gestión del gobierno del
señor Zapatero. De los escombros del mercado de trabajo pasan a la
ruina física y moral de vivir de la caridad o del empeño y acertada
labor de los profesionales y voluntarios de Intereconomía TV y en
general del Grupo...
Los datos en Málaga son demoledores a días de la fecha: San Juan de
Dios, 752 personas auxiliadas; Cáritas, 594, socorridas; comedor de
Santo Domingo, 1.561, atendidas; Arrabal, 90; Centro de Acogida
Municipal de la calle Donoso Cortés, 4.232 y Málaga Acoge, 1379.
A la data, un veinticinco por ciento más de personas han recurrido en
Málaga ( ya no hablo del resto de la provincia o de localidades como
Torremolinos, en la que resido o que conozco bien como Torre del Mar )
a los servicios de acogida porque se han quedado sin nada. Demasiadas
carencias para que el resto no haga ni el más mínimo gesto y se
dedique a continuar gastando lo que, en realidad, no tienen, a
crédito. A lo mejor, o lo peor, es porque en estos tiempos, se les ha
caído la máscara, resforzándoseles el egoísmo, la vanidad, la soberbia
y no andan para solidaridades. O es porque ya ni siquiera les duele
ver cómo sus vecinos y prójimos han acabado comnvertidos en los Jean
Valjean del Siglo XXI; en el icono que Victor Hugo retrató en " Los
Miserables ", condeando a prisión por robar un mendrugo de pan para su
sobrino.
Pienso que los que aún pueden recorerse las tiendas de calle Larios,
el Centro comercial Vialia, etc., se han habituado a la miseria
televisada con reportajes callejeros hechos por comandos de
periodistas becarios intrépidos de la actualidad, porque el morbo y lo
escabroso, vende. Pienso que sus conciencias se han quedado, también,
sin techo. Excepto la de todos aquellos, que de una manera u otra,
durante veinticuatro horas y en el especial de Intereconomía
televisión contribuyeron a ayudar a Cáritas con una cantidad
excepcional, pero, y si cada uno de los cuarenta y ocho millones de
ciudadanos de este país hubiesen contribuido cada uno con un solo
euro.....
-El Templario-
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LOBO BLANKO
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